martes, 24 de mayo de 2016

PROYECTO DE LAS EMOCIONES: ASÍ ES MI CORAZÓN EMOCIÓN: ADMIRACIÓN


Ya estamos llegando a una de las últimas emociones que vamos a trabajar. La semana pasada estuvimos viendo la emoción de la: ADMIRACIÓN. 
Nos cuenta el emocionario que la admiración es el aprecio que sentimos por alguien que tiene grandes cualidades o por algo que está fuera de lo común. Generalmente, cuando algo o alguien causa admiración en otro es porque dispone de atribuciones o consideraciones notables, positivas y originales, que impactan en este de manera desbordante. Sin embargo, hay que destacar el carácter subjetivo de la admiración, porque lo que para uno puede ser objeto de admiración, para otro puede  no serlo para nada.

Todas las personas tienen algo admirable, pero hay que saber verlo. Además, para admirar a los demás tenemos que ser conscientes de nuestras limitaciones(si nos creemos los mejores en todo, ¿a quién vamos a admirar?). Eso sí, de una manera sana y natural, desde la aceptación de que todos tenemos nuestras fortalezas y nuestros puntos más flojos, porque si nuestras limitaciones nos entristecen y nos impiden valorar al otro, pueden aparecer los celos.

Pusimos algunos ejemplos de situaciones que podían despertar nuestra admiración: un deportista que destaca por como juega, un/a compañer@ que dibuja especialmente bien, una obra de arte... Fue una sesión muy sencilla porque todos tenían claro desde el principio en qué consistía la admiración. Además el cuento que reflejaba perfectamente la emoción era EL PEZ ARCOIRIS, un cuento que ya trabajaron el curso pasado con la profe Sara. Así que lo tuvimos clarísimo.

...En alta mar, en un lugar muy muy lejano, vivía un pez. Pero no se trataba de un pez cualquiera. Era el pez más hermosos de todo el océano. Su brillante traje de escamas tenía todos los colores del arco iris.
Los demás peces admiraban sus preciosas escamas y le llamaban “el pez Arcoiris”.
 ¡Ven, pez Arcoiris! ¡Ven a jugar con nosotros! –le decían. Pero el pez Arcoiris ni siquiera les contestaba, y pasaba de largo con sus escamas relucientes.
Pero un día, un pececito azul quiso hablar con él.
 ¡Pez Arcoiris, pez Arcoiris! –le llamó- Por favor, ¿me regalas una de tus brillantes escamas? Son preciosas, ¡y como tienes tantas . . . ¡...

Aquí os dejo un video de youtube para que lo podáis ver en casa...